Nota de prensa

La mujer en la Iglesia y en el mundo

Las mujeres son una parte esencial del “plan de felicidad” que nuestro Padre Celestial ha delineado para nosotros. Ese plan no puede operar sin ellas.

En el Día Internacional de la Mujer La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días reconoce la importancia e igualdad de mujeres en la Iglesia y solicita lo mismo para todas las mujeres del mundo. Ellas forman una parte importante tanto en la familia como en la organización de la Iglesia.

Las mujeres forman parte igual con los hombres en el desarrollo del plan del evangelio, y dicho plan no puede funcionar sin ellas.  Las mujeres participan en cada nivel de la Iglesia, que incluye la obra misional de los miembros, la retención de conversos, la activación de los miembros menos activos, la obra del templo y de historia familiar, la enseñanza del evangelio, y el cuidado de los pobres y de los necesitados.

 

Como discípulos de Jesucristo, a toda mujer de la Iglesia se le da la responsabilidad de conocer y defender los papeles divinos de la mujer, los cuales incluyen el de esposa, madre, hija, hermana, tía y amiga.  Se mantienen fuertes e inamovibles en la fe, la familia y el socorro. Las mujeres participan en los consejos que supervisan las actividades de las congregaciones en todo el mundo, por naturaleza divina, tienen el mayor don y responsabilidad por los hijos y el hogar y la educación que ocurre en él y en otros lugares, se les anima a adquirir una educación de calidad y avanzada.

Las mujeres de la Iglesia pertenecen a la Sociedad de Socorro, organización de la Iglesia para mujeres, y sirven en ella como líderes.  Las mujeres también sirven y dirigen la organización de las Mujeres Jóvenes para jovencitas de entre 12 y 18 años, y la organización de la Primaria para todos los niños desde los 18 meses hasta los 11 años. Las mujeres también enseñan en la Escuela Dominical.  A las mujeres se les da la oportunidad de participar en las reuniones de la Iglesia, y de discursar en las reuniones de la Iglesia a nivel local y mundial. 

Cuando las mujeres sirven como presidentas de organización de la Sociedad de Socorro, de las Mujeres Jóvenes o de la Primaria, participan en reuniones de consejo y en las decisiones que se toman concernientes a los miembros de la Iglesia en su unidad.

     

En un documento oficial de la Iglesia, "La Familia, Una Proclamación Para el Mundo" explica:  "Por designio divino, el padre debe presidir la familia con amor y rectitud y es responsable de proveer las cosas necesarias de la vida para su familia y de proporcionarle protección.  Las madres son principalmente responsables del cuidado de sus hijos.  En estas sagradas responsabilidades, el padre y la madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro.  

Un himno de la iglesia, que cantan las mujeres, dice:

Sirvamos unidas, pues somos hermanas;
que Dios nos bendiga en nuestra labor.
Edificaremos Su reino en la tierra
brindando servicio con sincero amor.

El Padre nos dio la tarea sagrada
de amar, socorrer con fiel abnegación,
de hacer lo virtuoso, lo digno, lo bueno,
servir, alentar y tener compasión.

Cuán gloriosa es nuestra meta divina;
debemos lograrla con fe y afán.
Confiemos en la dirección de los cielos
y siempre vivamos conforme al plan.

Toda mujer es una hija de Dios. Uno no puede ofenderla a ella sin ofenderlo también a Él. En la medida que eso suceda, habrá armonía, paz, amor y la vida familiar se verá enriquecida.

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