Tomamos seriamente la responsabilidad de cuidar los fondos de los diezmos y donaciones recibidas de los miembros. La gran mayoría de estos fondos son utilizados inmediatamente para cubrir las necesidades de la creciente Iglesia, que incluye más centros de reuniones, templos, educación, ayuda humanitaria y esfuerzos misionales alrededor del mundo. Durante muchos años, una parte de los fondos se protege metódicamente a través de un sabio manejo financiero y como edificación de una reserva prudente para el futuro. Este es un sólido principio doctrinal y financiero enseñado por el Salvador en la Parábola de los Talentos, vivido por la Iglesia y sus miembros. Todos los fondos de la Iglesia tienen como propósito apoyar la misión divinamente señalada de la Iglesia.
Las acusaciones que han circulado recientemente se basan en una perspectiva sesgada y limitada información. La Iglesia cumple con todas las leyes aplicables que rigen nuestras donaciones, inversiones, impuestos y reservas. Agradecemos continuar con la oportunidad de trabajar con los servidores públicos para responder a preguntas que puedan tener.
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